jueves, 15 de enero de 2015

La libertad, esa sensación tan divina



Cuando un adulto habla de libertad, los demás adultos a su alrededor inmediatamente piensan en que ya no tiene pareja, que ha de terminado con su esposa o esposo, novio o amante de turno. Otros piensan en que ya se han ido del hogar los hijos, o que han cambiado de empleo, o que llego la hora de salida del mismo.
¿Por qué nadie piensa en libertad de pensamiento, de expresión, de crear, de juicio, de apego? Es sencillo, desde el día cero nos condicionan a aférranos y perder nuestra libertad, por que aferrarse a algo que puede parecer estático o permanente detiene la sensación de mortalidad, movimiento y cambio.
¿Cuántas cosas te han quitado la libertad? Las religiones, los dogmas, los prejuicios, los estereotipos, el apego a tu pareja, el apego a los hijos, el condicionamiento de la sociedad, de la escuela, de la familia. Piénsalo, solo piénsalo…


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