viernes, 27 de julio de 2012

Perdonar para ser libre...

julio 27, 2012 0 Comments




Justo leyendo este mensaje “If you cannot learn to forgive, you shall stay imprisoned with the unforgiven, let go of what was & live in the present”, sonaba en mi iPod una clásica de los 90… “claro que se perder, no será la primera vez, hoy te vas tu, mañana me iré yo”, recordé así una de esas fallidas historias de amor. Gran parte de mi camino espiritual en este plano (vida, mundo, existencia como quieran llamarle) se ha tratado del perdón. El perdón, sí; ese que tanto se pregona y no se practica.


El perdón es un proceso que no puede existir sin el odio o el rencor. Es decir, el rencor y el odio solo son caminos que nos ayudan a crecer, aunque parezca cliché; es cierto. Todas las religiones que conozco así lo afirman. Y mientras más profundas son las heridas, más nos aferramos al dolor, al odio y más nos estancamos, más lento se recorre el camino a la liberación. La liberación de perdonar es un proceso que todos nos merecemos.

A mí, como a cualquiera me ha tocado vivir mi proceso de liberación. Una de esas historias de “amor” que se convirtieron en desamor, dejó en algún momento una herida brutal en mi espíritu. De ahí a odiar fue rapidísimo, pero al menos yo, nunca pude con el peso del odio. La necesidad de soltar esa carga fue lo que me llevo a buscar la liberación. Tomó tiempo, tomó años, pero al mirar atrás hoy me siento en paz.  

¿Qué aprendí? Que odiando y guardando rencores solo obtienes dolor para ti. Que incluso aquellos que te han herido y se merecen tu odio tienen derecho a pedir perdón y que aun cuando no lo pidan o no se lo merezcan, aun así, liberarte de esa carga será una gran diferencia en tu vida. El perdón es un regalo que le hacemos a nuestra alma.  

Solo tú decides cuando te liberas….


"Demente por creer en el perdón a toda cuesta aun cuando la herida fue violenta y dejar que sea Dios el que te va a pagar" (Tercer Cielo)


sábado, 21 de julio de 2012

Alzar vuelo

julio 21, 2012 0 Comments


Mis pies, ayyyyy mis pies,
Llevan demasiado tiempo en el suelo,
Ellos y mi alma quieren alzar vuelo.

Juro que esas estrofas llegaron sin avisar y con mucha fuerza. Apenas 2 meses atrás estuve fuera del país, pero no de viaje de placer, en esa ocasión el destino me acerco a mi familia.

Para la mayoría de las personas viajar es sinónimo de lujos, ostentosos hoteles, puro descanso. Para mi es totalmente lo opuesto. Para mi viajar es  escoger un destino de aventura, con carácter, con espacios diversos, con gastronomía común, con gente del día a día. Con suficientes lugares que ver como para no descansar nada, para mi eso es un viaje de placer.

Pues de esos mi alma me pide uno. Me pide volver a México una vez mas, caminar del Zócalo al paseo de la Reforma me pide tocar la arena oscura del Pacifico en Costa Rica, comerme una oblea en Medellín, andarme una cuadra en San José buscando pollo al carbón, me pide cruzar las calles de Panamá hasta llegar a Plaza Paitilla.

Hay días donde mi mente me transporta a los lugares que he ido antes, con algún propósito que aun no comprendo.

Mientras mi maleta sigue anclada, yo cierro los ojos y escucho, siento, recuerdo, vivo…. 

La niña valiente de Vancouver

Photo by E. Jiménez (A ll rights reserved ) Ella había cruzado dos fronteras con sus hijos para salvarse y para salvarlos de la violencia. L...