En mi adolescencia, la fiebre de los amigos por correspondencia me llevo a conocer a mi gran amiga Claudia María Arango. Y esa amistad me llevó a Colombia por primera vez, en mi primer viaje sola (tenía 21 años!) y en contra de la voluntad de mis padres.
Colombia no es para nada lo que la mayoría de los ignorantes y prejuiciosos que viven de este lado del Caribe se imaginan. Cuando en PR ni siquiera se pensaba en un tren urbano, ya Medellín tenía uno que superaba al que tenemos hoy.
Eficiencia en los sistemas de trasporte colectivos, un ambiente de fomentar las artes y la cultura igual o mejor al de cualquier ciudad de Europa. Y una gran fortaleza para luchar contra el prejuicio y la historia. En Medellín supe lo que era de verdad la Navidad (para los que la celebramos), el viejito gordo vestido de rojo no era nadie allí!
Ya casada, regrese a Colombia con mi ex-esposo, pero esta vez a Cartagena de Indias. Mi pobre ex-marido estaba asustado por toda la bobería que se habla sobre ese país, pero quedo anonadado cuando vio la realidad. Irónicamente, me he sentido mas tranquila caminando las calles de Cartagena que las del Viejos San Juan, en donde por cada 10 metros te tropiezas con un diambulante, un adicto o un posible asaltante.
¿Qué si regreso? ¿A Colombia? Claro!!! Regreso mas pronto de lo que muchos se imaginan…… ya les contaré.
Anonadado!!! Jajajajajaja
ResponderEliminarPor que?
ResponderEliminarPor eso yo creo que el slogan de promoción de turismo de Colombia es tan acertado: "el riesgo es que te quieras quedar". Y sí que disfrutamos esa navidad, cuanto comimos jajajaja.
ResponderEliminarClaudia Arango