¿Recuerdas ese postre
que cambio tu vida?
La mayoría de la veces,
no somos conscientes de eventos o detalles a partir de los cuales ha cambiado
nuestra vida, nuestra manera de apreciar las cosas o a nuestros seres queridos.
Sin embargo, yo si recuerdo
a ciencia cierta el momento en el cual comencé a desarrollar mi gusto culinario
y el aprecio por la gastronomía. Antes de eso, yo solo comí como necesidad básica,
aquello a lo que estaba acostumbrada e impuesta. Y es México quien tiene la
culpa, por que estando por primera vez en México se despertó la pasión de
degustar en lugar de devorar.
Esta pues, de paseo en
Ciudad de México, un día largo, cansada del smog y con una alergia de esas que
nos hacen desear arrancarnos la nariz y comprar otra como lo haría un payaso. Era
además mi primera vez en este país, y ya estaba un poco disgustada con el
asunto de tanto pique por que el y yo no nos llevamos bien.
El lugar de encuentro,
restaurante Los Girasoles, en el Centro Histórico. Pero ¿y cual era el postre?
Estoy segura que están apunto de gritar si no les cuento!
¡Pie (Pay) de Pétalos de
Rosas!
¿En serio?, eso pensé yo…
a pesar que ya había visto unos días antes un letrero de “nieves de pétalos de
rosas”, las nieves es como se les llama en México a los helados.
Pues les cuento, que a
mi 23 todavía era bastante mística para comer, y esta fue mi primera
oportunidad de atreverme, y me atreví. El aroma es algo que todos conocen de
las rosas, por que es exquisito, e igual de exquisito el sabor, fresco y
cremoso.
Ese pie, no solo cambio
mi vida, cambio mi actitud hacia lo diferente, y cambio el resto de mi viaje, a
partir de ahí no me perdí un solo saber nuevo del viaje y de la vida.
¿Qué aprendí?, que lo
que conocemos no siempre es ni lo único ni lo mejor, que la cultura llega no
solo por muchos estudios y libros, sino por vivencias, y que apreciar la
diversidad y aceptarla nos hace mas grandes en todos los sentidos.
¿Recuerdas ese postre
que cambio tu vida?
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