sábado, 17 de marzo de 2018

Dejar ir...

marzo 17, 2018 2 Comments


Cuando la fiesta se acaba 
Mucho antes de la madrugada 
Y tu alma no está preparada para un adiós
Porque a veces querer es saber dejarlo ir 
(Raquel Sofía, 2017)

Dejar ir, es definitivamente uno de los procesos más complicados, duros, naturales y trasformadores que los seres humanos vivimos. ¿Por qué cuesta tanto entonces? La conciencia de nuestra humanidad efímera que se aferra, que se apega, quiere quedarse ¿será eso?

Dejar ir es un proceso al que deberíamos estar acostumbrados, desde el primer día de nuestra existencia dejamos ir la comodidad del vientre materno. Dejamos ir lugares, eventos, amigos, familiares, mascotas, estilos de vida, parejas ¿Qué más? Dejamos ir a los hijos, a los padres, a los abuelos.

Dejar ir como ejercicio de desprendimiento ¿de que necesitas desprenderte? ¿Cuánto retienes, a quienes retienes? ¿Cuánto llega a costar, a pesarte el intento de retener? ¿Cuánto sacrificas con el apego?

Como parte de esta reflexión le pedí a mis amigos en las redes sociales que me dijera el por qué o el para que se deja algo/alguien ir. Aquí les dejo las respuestas. Espero que puedas encontrar tus razones aquí y si no, escribe tu propia afirmación.

Te dejo ir ¿Por qué? ¿Para qué?

Te dejo ir para que encuentres tu felicidad
Te dejo ir para que crezcas
Te dejo ir para que no vivas mis miedos y superes los tuyos
Te dejo ir para que encuentres tu propio camino
Te dejo ir para que persigas tus sueños
Te dejo ir para que me superes
Te dejo ir para que me olvides
Te dejo ir porque me valoro
Te dejo ir porque me quiero
Te dejo ir porque no me haces bien
Te dejo ir porque merecemos algo mejor
Te dejo ir porque estamos evolucionando sin ti
Te dejo ir porque me dueles
Te dejo ir porque aprendí a decir ¡basta!
Te dejo ir porque merezco paz
Te dejo ir porque me cansé
Te dejo ir porque decidí amarme
Te dejo ir porque mi vida (aventura) continúa ahora lejos de ti
Te dejo ir porque no me permites crecer
Te dejo ir porque no quiero morir ahogada contigo
Te dejo ir porque merecemos ser felices
Te dejo ir porque necesito ir a lo próximo
Te dejo ir porque nuestro ciclo terminó
Te dejo ir porque te quiero libre
Te dejo ir porque la lección ya está aprendida
Te dejo ir porque para avanzar
Te dejo ir porque me haces más daño que bien
Te dejo ir porque nos conviene
Te dejo ir porque para recordarte


lunes, 12 de marzo de 2018

Viajo liviano

marzo 12, 2018 0 Comments






Como cuesta sostener
esta realidad tan cruel
¿dónde se escondió la fe?

Las sonrisas escasean

y la gente que me rodea
no se ve feliz, oh no.

Ya no quiere más vestir este disfraz

voy a desnudarme ya
despojarme de todo.

Y si la tristeza se apodera de mí ser

voy a contar hasta 10 y a seguir creyendo que
everything it’s gonna be ok
I know it will be.

(Letra de Viajando Liviano-Everything)



Sonaba esta canción, la acababa de descubrir en la red. Seguramente no gana aun un Grammy, pero me toco la herida, profunda, aun fresca. Han pasado seis meses de la tragedia natural más reciente que ha vivo mi país en el “Siglo 21”.

¿Cómo superan las personas la perdida de sus familiares, sus empleos, sus casas, sus centros de trabajo, su historia, los centro culturales, la actividad económica, las actividades recreativas?
En psicología, se habla de la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas como la muerte de un ser querido, un accidente, etc., resiliencia le llaman.

Muchos, yo habíamos visto la tragedia de las personas, habíamos vivido sus historias desde afuera, desde lejos. Yo habíamos tenido empatía, sentido el dolor de otros. Lo que nunca imagine fue estar en una situación así.

Luego del paso del huracán María, la primera oportunidad de comunicación conmigo que tuvieron familiares y amigos fue para primero preguntar si estábamos bien y segundo para ver cómo nos podían ayudar. A mi mente aturdida y a mi corazón roto le tomo días poder contestar ambas preguntas. Mis pérdidas materiales eran ridículamente pocas, pero la perdida emocional era inmensa y el dolor era profundo. Pero sin dudas, lo que he yo viví no es ni una ínfima parte de los que muchos han vivido, y aún viven. Cientos siguen al día de hoy sin las cosas más esenciales (un techo, alimentos, un empleo).

Yo descubrí por estos días que viajo liviano, que todas mis posesiones materiales pueden caber en apenas dos maletas.  ¿Eres un adulto, como es posible que todas tus posesiones quepan en dos maletas? , eso me preguntaba él, incrédulo. Yo, lo corregí; lo esencial me cabe en una sola maleta, pero hay algunos antojos mundanos que puedo acomodar en la segunda.

¿Cuánto de esas cosas necesito para vivir? Tus posesiones materiales, ¿Qué te causan? Si lo perdieras todo ¿Cómo te sentirías? Todo lo que has acumulado, ¿cabe en una maleta?, o ¿acaso en dos? Si tuvieras que desprenderte de ellas a cambio de tu vida, o la de tus hijos o la de un familiar, ¿lo harías?
¿Cuánto de esas cosas materiales sufres? ¿Cuánto esfuerzo y trabajo, cuántos empleos para mantener los estilos de vida que nos venden como equivalentes a la felicidad?
Viajo liviano, es mi elección. La felicidad no vive en las “cosas”, la felicidad son las vivencias, buenas y no tan buenas, el aquí y el ahora.

¿Tu como viajas? ¿Te pesa mucho? Piénsalo…

La niña valiente de Vancouver

Photo by E. Jiménez (A ll rights reserved ) Ella había cruzado dos fronteras con sus hijos para salvarse y para salvarlos de la violencia. L...