lunes, 12 de marzo de 2018

Viajo liviano







Como cuesta sostener
esta realidad tan cruel
¿dónde se escondió la fe?

Las sonrisas escasean

y la gente que me rodea
no se ve feliz, oh no.

Ya no quiere más vestir este disfraz

voy a desnudarme ya
despojarme de todo.

Y si la tristeza se apodera de mí ser

voy a contar hasta 10 y a seguir creyendo que
everything it’s gonna be ok
I know it will be.

(Letra de Viajando Liviano-Everything)



Sonaba esta canción, la acababa de descubrir en la red. Seguramente no gana aun un Grammy, pero me toco la herida, profunda, aun fresca. Han pasado seis meses de la tragedia natural más reciente que ha vivo mi país en el “Siglo 21”.

¿Cómo superan las personas la perdida de sus familiares, sus empleos, sus casas, sus centros de trabajo, su historia, los centro culturales, la actividad económica, las actividades recreativas?
En psicología, se habla de la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas como la muerte de un ser querido, un accidente, etc., resiliencia le llaman.

Muchos, yo habíamos visto la tragedia de las personas, habíamos vivido sus historias desde afuera, desde lejos. Yo habíamos tenido empatía, sentido el dolor de otros. Lo que nunca imagine fue estar en una situación así.

Luego del paso del huracán María, la primera oportunidad de comunicación conmigo que tuvieron familiares y amigos fue para primero preguntar si estábamos bien y segundo para ver cómo nos podían ayudar. A mi mente aturdida y a mi corazón roto le tomo días poder contestar ambas preguntas. Mis pérdidas materiales eran ridículamente pocas, pero la perdida emocional era inmensa y el dolor era profundo. Pero sin dudas, lo que he yo viví no es ni una ínfima parte de los que muchos han vivido, y aún viven. Cientos siguen al día de hoy sin las cosas más esenciales (un techo, alimentos, un empleo).

Yo descubrí por estos días que viajo liviano, que todas mis posesiones materiales pueden caber en apenas dos maletas.  ¿Eres un adulto, como es posible que todas tus posesiones quepan en dos maletas? , eso me preguntaba él, incrédulo. Yo, lo corregí; lo esencial me cabe en una sola maleta, pero hay algunos antojos mundanos que puedo acomodar en la segunda.

¿Cuánto de esas cosas necesito para vivir? Tus posesiones materiales, ¿Qué te causan? Si lo perdieras todo ¿Cómo te sentirías? Todo lo que has acumulado, ¿cabe en una maleta?, o ¿acaso en dos? Si tuvieras que desprenderte de ellas a cambio de tu vida, o la de tus hijos o la de un familiar, ¿lo harías?
¿Cuánto de esas cosas materiales sufres? ¿Cuánto esfuerzo y trabajo, cuántos empleos para mantener los estilos de vida que nos venden como equivalentes a la felicidad?
Viajo liviano, es mi elección. La felicidad no vive en las “cosas”, la felicidad son las vivencias, buenas y no tan buenas, el aquí y el ahora.

¿Tu como viajas? ¿Te pesa mucho? Piénsalo…

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