miércoles, 25 de marzo de 2020

# amor # deja ir

Viajar lo cura casi todo



Inés- tabilidad son las once y once minutos y estamos donde tenemos que estar
Yo miro fijamente al sol a ver como me va, que como me va, que como me va hoy
Yo miro fijamente al sol a ver como me va, que como me va, que como me va hoy

Perotá Chingó


Viajar lo cura casi todo

Cuando estas roto no hay nada mejor que alzar vuelo. Agarrar la maleta, llenarla con un par de trapos y partir. Viajar me ha servido de celebración, meditación, escape y sanación.

Cuando viajas toda la incertidumbre, lo nuevo, lo inesperado, lo desconocido se apodera de tu espíritu y te hace dejar de enfocarte en lo que te hace daño. En cada paso vas encontrando señales y respuestas de lo que fue, de lo que no, de los porqués. Comienzas a ver todo desde el macro y no desde el micro de tu dolor y protagonismo.

Entonces me deje perder por las calles de Medellín, camine sin cesar, sin rumbo y me deje aturdir por los autos, los bocinazos de las motos y las voces con acento paisa. Y como un acto de magia, mi mente comenzó a disparar recuerdos, se vaciaba con la adrenalina y el cansancio. Allí vi, entendí que todo lo tenía en mi cara y lo ignore. Deje de culparme.

Cada sencillo momento de ahí en adelante fue una confirmación de que todo acontecimiento en nuestras vidas tiene su razón de ser, incluso aquellos que nos despedazan el alma. Suena como aceptación, pero no es tan fácil ni tan rápido. Viajar y el tiempo lo cura todo.   

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